La mayoría de nosotros vivimos en las ciudades, inmersos en el estrés diario, la contaminación y el ruido. Un pequeño huerto urbano es muy útil como vía de escape a todos estos elementos que nos alejan de la naturaleza. Además de ser una forma muy atractiva de ocupar nuestro tiempo libre, aprendemos viendo todo el ciclo de vida de las plantas y nos proporciona alimentos sanos, nutritivos y sabrosos.
Tener un huerto en casa es algo que está al alcance de todos. No necesitamos mucho espacio. Es suficiente con disponer de una terraza, un patio o incluso un balcón y seguir los consejos que te damos en esta pequeña guía de iniciación.
Consejos para un huerto urbano:
- El elemento indispensable para poder tener un huerto urbano es disponer de luz directa. Lo ideal es que nuestro huerto esté orientado hacia el sur o sureste, ya que esto nos permitirá tener bastantes horas de luz al día. Si nuestro huerto no tiene muchas horas de luz habrá que elegir aquellos cultivos menos exigentes, como lechugas, cebollas o rábanos. Si tenemos muchas horas de sol podremos cultivar hortalizas como tomates, pimientos o berenjenas.
- Si no podemos instalar nuestro huerto urbano directamente sobre la tierra tendremos que emplear recipientes de cultivo. Unos de los recipientes más utilizados por su versatilidad es la mesa de cultivo. Existen mesas de cultivo de todos los tamaños, por lo que se pueden adaptar perfectamente al espacio de que dispongamos. Otra de sus ventajas es que nos permiten cultivar de forma muy cómoda.
- El siguiente paso será comprar los materiales para comenzar a trabajar en nuestro huerto urbano. En primer lugar necesitaremos sustratos. Lo interesante de tener nuestro propio huerto es cultivar alimentos ecológicos, por lo que el sustrato debe ser orgánico, no químico. Lo ideal un sustrato compostado, ya que no pesa mucho y es poroso, lo que permite que circule el aire y se retenga el agua y los nutrientes.
- La humedad del sustrato debe ser constante, pero sin exceso. Demasiada agua provoca la pérdida de nutrientes. Hay que ajustar el riego a cada época del año, a la zona donde vivimos y al tipo de hortaliza que cultivemos. Si el huerto es pequeño podemos usar una simple regadera. Si es de mayor tamaño podemos emplear un sistema de riego por goteo con programador.
- Para iniciarse en el cultivo es mejor comenzar con plantones en vez de semillas, ya que simplifica mucho la tarea. La siembra es mejor hacerla en semilleros, ya que así protegemos la planta en las primeras fases de desarrollo. Una vez hayan germinado las semillas, las trasplantaremos a su lugar definitivo y las regaremos de forma abundante. Ahora solo nos queda esperar a ver el fruto de nuestro trabajo, recoger los cultivos cuando estén maduros y disponernos a saborearlos con deleite.
